Si realmente sentimos que somos creyentes, estamos obligados a hacer partícipes de nuestra fe a los demás. No debo apropiarme de Cristo, quedándonoslo únicamente para nosotros, sino que hemos de compartirlo con los demás, para que su mensaje nos enriquezca a todos y así hagamos realidad su reino entre los hombres. Y para que los otros puedan disfrutar también de la gracia que se nos da gratuitamente.
María hace más simpático, más bello, más atrayente a Cristo – San Óscar Romero
María, madre de Cristo y madre de la iglesia de la que somos miembros, es la luz que nos alumbra cuando estamos