Si realmente sentimos que somos creyentes, estamos obligados a hacer partícipes de nuestra fe a los demás. No debo apropiarme de Cristo, quedándonoslo únicamente para nosotros, sino que hemos de compartirlo con los demás, para que su mensaje nos enriquezca a todos y así hagamos realidad su reino entre los hombres. Y para que los otros puedan disfrutar también de la gracia que se nos da gratuitamente.
En la cruz, Jesús ha derribado el muro de la enemistad, que separa a los hombres y a los pueblos, ha traído la reconciliación y la paz – Papa Francisco
Cristo, estás clavado en la cruz. Eres inocente, sí, pero aceptas entregar tu vida por cada uno de nosotros. Este madero que