De poco nos sirve ser muy instruidos y sabios en temas religiosos si no llevamos a la práctica de nuestra vida diaria las enseñanzas del evangelio. Porque lo importante en un cristiano no se mide por el grado de sabiduría humana, sino por la intensidad con la que vive la fe. Aprender está bien, pero no sirve de mucho si falta lo esencial, que es vivir con fidelidad a Jesús y a lo que nos enseña.
El peldaño más bajo de esta decadencia moral es la soberbia. El hombre rico se viste como si fuera un rey, simula las maneras de un dios, olvidando que es simplemente mortal – Papa Francisco
La sociedad en la que estamos inmersos necesita personas humildes, serviciales y honestas. Sobran los soberbios que se consideran superiores a los