Ante los que no son creyentes podemos tener diferentes comportamientos. Uno de ellos, y es el más correcto, es intentar que conozcan nuestra fe y la acojan como suya. Libremente. Sin coacciones. Sin violencia. Sin sentirnos superiores. Siguiendo el ejemplo de Jesús y de tantos hermanos nuestros que nos han dejado marcado el camino. Con humildad por nuestra parte y con el ejemplo de nuestras vidas. Que nos reconozcan por nuestras obras.
No temo a lo que los hombres puedan hacerme por decir la verdad. Solo temo a lo que Dios me haría si mintiese – San Juan Bosco
Resulta muy fácil escabullirse entre las mentiras, las medias verdades y los silencios cómplices. Porque, a menudo por no decir siempre, decir