¿Dar para que nos lo devuelvan o nos reconozcan que somos generosos y buenos? No, nunca. Porque lo que damos lo hemos recibido antes nosotros. Dios es quien, sin merecerlo nosotros, nos ha dado cuanto somos y tenemos. Por lo tanto, no seamos egoístas ni engreídos. Demos, incluso de lo que necesitamos para nosotros, a quienes necesitan más. Y hagámoslo con generosidad y sin esperar recompensa alguna en esta tierra.
No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más – Beato Tomás de Kempis
Como humanos que somos, con todas nuestras debilidades, tenemos nuestra sensibilidad a flor de piel y sufrimos cuando nos critican y nos