No es bueno que nos olvidemos, aunque sea solamente alguna vez que otra, de que la caridad cristiana es el eje sobre el que gira nuestra fe. Lo decía el apóstol san Pablo y lo dicen todos los santos que han sido y son: sin caridad, sin amor al prójimo, nada somos y para nada nos sirve lo que hagamos. Aunque hagamos hablar a las piedras, no seremos nada sin practicar el amor a nuestros semejantes. Perdamos, pues, todas las cosas, pero quedémonos con la caridad que es el mandato que nos dio Jesús.
No podemos traspasar los lazos de nuestro ángel guardián, resignado o resentido, siempre escuchará nuestros suspiros – San Agustín
Sí, el guardián que nos ha sido asignado personalmente por el Señor está siempre a nuestro lado y nos acompaña en todo