No seamos impacientes ni abandonemos el camino ante el primer impedimento que encontremos en él. A la meta se llega con esfuerzo, sacrificio y perseverancia. Y en la meta está el premio que recibiremos a su debido tiempo. No tengamos prisa por llegar cuanto antes, saltándonos todos los controles. Aprendamos a vivir cristianamente, a pesar de los obstáculos que haya en nuestras vidas. Seamos pacientes y perseverantes.
Un buen hombre no es un hombre perfecto; un buen hombre es aquel que es honesto, fiel y que responde sin dudar a la voz de Dios en su vida – San John Fisher
Mientras caminamos por este mundo, no nos martiricemos buscando la perfección. No la encontraremos, porque no existe. Ni en los otros ni