Cuando nuestros pensamientos o nuestros actos no son buenos, nos remuerde la conciencia. Nos sentimos intranquilos. Con pesadumbre. Tristes. En el fondo lo que nos sucede es que reconocemos que no hemos sido fieles al amor de Dios. Esto nos quita alegría. Pero si somos capaces de reconocer nuestros yerros, y nos ponemos en disposición para corregirlos, volverá a nosotros la alegría. Es la mejor prueba de que nos sentimos en paz con nosotros mismos.
Las redes sociales no son necesariamente un problema para las familias, sino que pueden ayudar a construir una ‘red’ de amistades, solidaridad y apoyo mutuo – Papa Francisco
Los adelantos que la técnica pone a nuestra disposición pueden causar mucho daño. También pueden contribuir a mejorar nuestro bienestar personal y