Acción Católica General

Málaga

Si hay un niño, un joven, un anciano necesitado, un cristiano no puede quedar tranquilo – San Juan Pablo II

Facebook
WhatsApp
Twitter
Pinterest

Si hay un niño, un joven, un anciano necesitado, un cristiano no puede quedar tranquilo – San Juan Pablo II

La interpelación a nosotros mismos debería ser permanente: ¿por qué nos hacemos los sordos para no escuchar las peticiones de ayuda, a veces silenciosas, de quienes pasan a nuestro lado?; ¿por qué nos quedamos ciegos para no ver las necesidades que hay en nuestro alrededor? Si creemos en Jesús y estamos convencidos de que tenemos que hacer lo que nos pide, no podemos pasar de largo ante las necesidades de los hermanos.

Anteriores