A veces nos gusta balancearnos en la inseguridad, aún a riesgo de perder el equilibrio y caer al vacío. Mejor estaremos si nos apartamos del precipicio que nos lleva a cometer el mal. No olvidemos que somos débiles y la tentación es siempre fuerte. Tengamos la valentía de alejarnos del precipicio, porque si no lo hacemos, terminaremos por caer en el abismo.

Felices los que saben escuchar y callar, porque aprenderán cosas nuevas – Santo Tomás de Aquino
La auténtica sabiduría se consigue estando abiertos a escuchar las razones del otro, en silencio, sin imponer las nuestras. Aunque en principio



