Gracias, Señor, por este nuevo día que nos regalas. Gracias por seguir amándonos, pese a que no somos merecedores de ello. Gracias porque no nos abandonas, aunque nosotros te traicionemos, te engañemos y te neguemos con nuestros comportamientos. Gracias por haber sacrificado tu vida por nosotros. Gracias por tu inmensa bondad. Gracias por habernos llamado a ser seguidores tuyos, aunque seamos indignos de ello. Gracias por cada segundo de vida que nos das para que podamos corregir el rumbo de nuestras vidas.
La vida es un instante entre dos eternidades – Santa Teresita del Niño Jesús
Que la vida es corta, cual un breve suspiro, es una realidad patente. De ahí la importancia que tiene el que, como