Por la fuerza no se consigue convencer, sino imponer. Con la bondad, la mansedumbre, la humildad, y, sobre todo, con el propio ejemplo, es más fácil llegar a los otros. Si no ven en nosotros la mano que castiga o la lengua que descalifica virulentamente, no nos rechazarán de entrada. Para conseguir más adeptos a la causa del Evangelio debemos despojarnos de la soberbia y la amenaza.
La oración es la cumbre del desarrollo humano. El hombre no vale por lo que tiene, sino por lo que es – San Óscar Romero
Cuando oramos, estamos más en contacto con Dios. Nos entregamos más a Él y nos identificamos con su mensaje. Un creyente en