A menudo nos entra la tentación de tirar la toalla y no seguir haciendo el bien. Porque, a los ojos del mundo, parece más rentable y placentero vivir egoístamente, sin preocuparnos de nada ni de nadie. No caigamos en esta tentación, tan frecuente hoy en día porque vivimos en una sociedad donde el individualismo y el hedonismo parece que lo dominan todo. Dios quiere de nosotros que obremos el bien, hacia Él y hacia los hermanos que son su representación en esta tierra. Seamos fuertes y resistamos, porque seremos premiados generosamente a su debido tiempo.
“La perfección cristiana sólo tiene un límite: el no tener límite” – San Gregorio de Nisa
Si deseamos ser perfectos, meta a la que debemos aspirar como creyentes, porque es lo que se nos pide, debemos convencernos de