Seguir a Jesús, reconociendo que es el Hijo de Dios que vino a salvarnos, es el principio sobre el que ha de basarse el comportamiento de todo creyente cristiano. Proclamemos, como hizo el apóstol, que Él es nuestro Rey y Señor. Sintámonos llenos de gozo porque somos herederos del único reino que merece ser conquistado, aunque sea preciso dar por ello nuestra vida terrenal.
No temo a lo que los hombres puedan hacerme por decir la verdad. Solo temo a lo que Dios me haría si mintiese – San Juan Bosco
Resulta muy fácil escabullirse entre las mentiras, las medias verdades y los silencios cómplices. Porque, a menudo por no decir siempre, decir