Orgullosos nos sentimos porque María, mujer sencilla y humilde, de la estirpe de los hombres, ha sido coronada por Dios. Es nuestra Madre y nuestra Reina. Nuestra permanente protectora. Acudamos a ella siempre, necesitados o no. Porque seremos atendidos en todo momento. Nunca nos sentiremos solos. Ni siquiera cuando nos encontremos en las horas más tenebrosas de nuestra vida.
El Corazón de María es todo amor por nosotros. Ella nos ama con el mismo amor con que ama a Dios porque lo ama y lo mira a Él en nosotros – San Juan Eudes
María es madre. De Jesús y de todos nosotros, los que creemos en Él. Por eso su corazón es un volcán de