Un cristiano comprometido en mejorar la vida de los demás no descuida la oración. Al contrario, de ella se alimenta para llevar a cabo la tarea de hacer más habitable la casa del mundo. Un mundo donde cada persona tenga su sitio con plena dignidad. No se entiende el desarrollo humano protagonizado por los creyentes apartando a Jesús. Porque Él es quien nos pide que ayudemos a construir una sociedad mejor. Y es Él quien nos da las fuerzas necesarias para llevar a cabo esta hermosa tarea. Necesitamos su ayuda, que solamente encontraremos en la oración e identificación con Él.
Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección – San Pablo, apóstol
Desde los comienzos de la historia del cristianismo se ha venido insistiendo en que el amor es el mandamiento esencial que Cristo