En este nuevo tiempo litúrgico de la cuaresma, en el que hoy entramos, se nos invita a prepararnos convenientemente para las celebraciones pascuales. Abrir la puerta a Cristo, que está presente en el otro, de modo especial en los necesitados, es una forma propicia para acercarnos a la gran fiesta. Porque si los ayunos, penitencias y oraciones son ahora más necesarios, la limosna, es decir, la ayuda a los que lo necesitan, material o espiritualmente, es imprescindible. Sin la caridad, ayunar, hacer penitencia y rezar de poco nos va a servir porque la conversación a la que estamos llamados debe ser total.
Todas las veces que injurias y quieres mal a tu prójimo, injurias y quieres mal a Dios que es su hermano – San José de Anchieta
No hay otro camino para amar a Dios que no pase por amar al prójimo. Él lo ha querido así y de