Hacer amigos por intereses personales, del tipo que sean, tiene poco valor. Es fácil que cuando ya no nos interesen o ellos consideren que sobramos en sus vidas, la amistad se extinga por completo o quede relegada a casi nada. Pero si ponemos a Dios en medio de nuestras relaciones amistosas, con toda seguridad haremos amigos de verdad. Ellos serán los que siempre estarán a nuestro lado cuando los necesitemos. Con ellos podremos compartir nuestras penas y nuestras alegrías.
Dios sólo sabe ser amor, y sólo sabe ser Padre. Y quien ama no es envidioso, y quien es Padre, lo es totalmente – San Hilario de Poitiers
Que no se nos olvide nunca que Dios es un padre lleno de amor. En Él podemos depositar toda nuestra confianza. Sin