Amigos de Dios y amigos de los que conviven con nosotros y también de los que no conocemos. La familia que el Señor quiere que formemos es la que se basa en la amistad desinteresada. La que no busca beneficios personales. Una amistad que se da por completo, sin esperar nada a cambio. Una amistad que es servicio y entrega. Una amistad que renuncia al propio yo para abrazar el nosotros.
No podemos traspasar los lazos de nuestro ángel guardián, resignado o resentido, siempre escuchará nuestros suspiros – San Agustín
Sí, el guardián que nos ha sido asignado personalmente por el Señor está siempre a nuestro lado y nos acompaña en todo