Cuánta paciencia tienes con nosotros, Jesús. No te cansas nunca de nuestras mentiras, nuestros engaños, nuestros egoísmos, nuestras infidelidades. Sabes que somos débiles, que caemos una y otra vez. Nos aceptas como somos y siempre nos esperas. Quieres que volvamos a confiar en ti, que acudamos a tu lado, que nos levantemos del barro que nos envuelve. Gracias por tu inmensa misericordia, por aguantarnos con tanta miseria como llevamos. Perdónanos. Agárranos con tus manos para que podamos caminar con más seguridad y caernos menos veces.

Si alguien quiere ser bueno, debe tener un poco de valentía, estar listo para el sacrificio, ser amable y nunca desagradable – San Juan Bosco
Hay que ser valientes para vivir la fe, defenderla incluso con lo más valioso que tenemos: la vida. A nosotros es probable



