En ocasiones aparentamos mostrarnos bondadosos con los que nos rodean, intentando justificarnos. Es como si pretendiéramos acallar nuestras conciencias y engañar al Señor. Necios de nosotros. Ignorantes somos. Quien ama de verdad, no busca estratagemas, ni divide en porciones lo que quiere dar, quedándose con parte. Amar a Dios de verdad es entregarse por completo a Él y a los hermanos que son imagen suya. Este amor exige, para ser tal, no medir sino ser agradecidos por poder dar.
La culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento – San Bernardo
Somos tentados de mil maneras para que nos apartemos de la senda correcta, que es la que nos lleva a Dios. Únicamente