Es fácil caer en la tentación de responder de forma irascible cuando nos llevan la contraria o nos vilipendian, acertada o equivocadamente. Pero lo correcto es mantener la calma, sosegar nuestra alma y no devolver mal por mal, sino responder con el bien, que puede ser una sonrisa, un no dar importancia a lo que dicen de nosotros, e, incluso, perdonar de corazón a quien intenta ofendernos. Porque si somos capaces de dominarnos allanaremos todos los caminos de las relaciones humanas, por muy defectuosos que parezcan.
Un buen hombre no es un hombre perfecto; un buen hombre es aquel que es honesto, fiel y que responde sin dudar a la voz de Dios en su vida – San John Fisher
Mientras caminamos por este mundo, no nos martiricemos buscando la perfección. No la encontraremos, porque no existe. Ni en los otros ni