Padre Dios, infunde en nuestros corazones el amor hacia Ti y hacia nuestros hermanos los hombres. Porque este es el mejor dique para contener los malos deseos que anidan en nuestros corazones. Que no nos cansemos nunca de practicar la caridad, porque en ella encontramos todas las herramientas para impedir que nuestras vidas sean estériles o queden encenagadas con acciones impropias de quienes nos confesamos hijos tuyos.
No podemos traspasar los lazos de nuestro ángel guardián, resignado o resentido, siempre escuchará nuestros suspiros – San Agustín
Sí, el guardián que nos ha sido asignado personalmente por el Señor está siempre a nuestro lado y nos acompaña en todo