Santa María, Señora nuestra, bendita entre todos y llena de gracia. Que, aunque pecadores e indignos, nos sintamos hijos tuyos en todo tiempo y lugar. Que no nos olvidemos de que eres nuestra madre y protectora, siempre dispuesta a ayudarnos en los momentos difíciles. Que sepamos ser agradecidos y tenerte presente cada día, en nuestro recuerdo. Que nuestras lenguas proclamen las maravillas del Señor Jesús y nuestras acciones no se desvíen de sus enseñanzas.
En esta vida, es mejor amar a Dios que conocerlo – San Agustín
Hay tantas cosas sobre Dios que no puedo comprender con mi mente humana que, en ocasiones, me entran dudas. Desearía saberlo todo,