Si nos agarramos con auténtica fe a la misericordia de Dios y nos fiamos de su bondad, caminaremos más seguros. Porque en la carrera de la vida que estamos librando día tras día, lo que nos da fuerzas para avanzar por el camino acertado es la confianza en el Señor. Él nos hizo para que seamos sembradores de paz y trabajadores de su reino. Estemos seguros de que nunca nos dejará solos, sino que estará permanentemente con nosotros.
Para mí, el camino de la cruz fue el más hermoso que he visto porque en él conocí a mi Señor y Salvador – Santa María Elisabet Hesselbald
Jesús nos salvó en la cruz. En ella se inmoló por nuestras faltas. Por eso, el madero en el que fue sacrificado