En ocasiones aparentamos mostrarnos bondadosos con los que nos rodean, intentando justificarnos. Es como si pretendiéramos acallar nuestras conciencias y engañar al Señor. Necios de nosotros. Ignorantes somos. Quien ama de verdad, no busca estratagemas, ni divide en porciones lo que quiere dar, quedándose con parte. Amar a Dios de verdad es entregarse por completo a Él y a los hermanos que son imagen suya. Este amor exige, para ser tal, no medir sino ser agradecidos por poder dar.
La oración es la cumbre del desarrollo humano. El hombre no vale por lo que tiene, sino por lo que es – San Óscar Romero
Cuando oramos, estamos más en contacto con Dios. Nos entregamos más a Él y nos identificamos con su mensaje. Un creyente en