Como cristianos estamos llamados a tender puentes con todos los que nos rodean. Por eso debemos destruir los muros interiores que nos impiden ver en los demás al hermano que nos necesita, o que nos puede ayudar a ser mejores. No tengamos miedo a abrirnos a los demás, a apoyar todas las causas nobles. Huyamos de trazar barreras que dividen a los “buenos” de los “malos”. Acerquémonos a la otra orilla y hagamos posible que vengan a nosotros los que lo deseen.
El oficio de la humildad es mostrarnos nuestra propia realidad, darnos la puntual medida de lo que somos – Beato Marcelo Spínola
¿Qué somos, en realidad? Poca cosa, por cierto. Casi nada. Aunque no lo veamos o no queramos verlo. Tú, Señor, sí sabes