Por mucho que nos empeñemos en anestesiar nuestras conciencias con ficciones edulcoradas, no podremos cambiar la realidad histórica de que Dios nació pobre entre los pobres y se manifestó a los sencillos, a los que buscaban la verdad humildemente, a los que no tuvieron miedo a las iras de los poderosos… A Él solamente se llega desde la sencillez personal y el reconocimiento de nuestras debilidades. Le encontraremos siempre en el pobre, en el desamparado, en el inmigrante, en el de otra cultura, en el que no piensa como nosotros…
Lo propio de una religión no es imponerse, sino persuadir. El Señor no hizo violencia a nadie, dejó a cada uno libre – San Ambrosio de Milán
Ante los que no son creyentes podemos tener diferentes comportamientos. Uno de ellos, y es el más correcto, es intentar que conozcan