Por mucho que nos empeñemos, no podemos prescindir de la cruz. Porque es en ella donde nació nuestra salvación, ya que Cristo la utilizó de llave para abrirnos la relación con Dios nuestro Padre. Muriendo en el madero nos dio la vida que nos convierte en hermanos y herederos suyos. Abracémonos a ella con todas nuestras fuerzas porque es donde siempre estaremos a salvo de caer en las miserias humanas. Cuanto más pegados a la cruz estemos, menos fuerza tendrán los vendavales que intentan desprendernos de Jesús.
El que quiera decir a otras personas la verdad, debe saber soportarla en sí mismo – Beato Adolfo Kolping
Claro que la verdad a veces duele, como cuando nos la aplicamos a nosotros mismos y no coincide con nuestra manera de