Si no actuamos correctamente, si nos abruma el tomar decisiones que estén inspiradas en el Evangelio de Jesús y optamos por hacer lo contrario de lo que deberíamos, no tenemos paz interior. Porque nuestra alma queda en desasosiego, intranquila y sometida a los caprichos mundanos. Así no podemos ayudar a los demás. Porque éstos requieren que antes hayamos sido capaces de serenarnos a nosotros mismos. Si somos capaces de instaurar la paz en nuestro interior podremos después acercarnos pacíficamente a los otros.
María hace más simpático, más bello, más atrayente a Cristo – San Óscar Romero
María, madre de Cristo y madre de la iglesia de la que somos miembros, es la luz que nos alumbra cuando estamos