La tristeza y el abatimiento no deben entrar en los planes de quienes nos sentimos cristianos. Porque nuestra fe es la garantía de que, si somos fieles a ella, sabremos poner sonrisas en medio de los dolores que nos puedan sacudir. Dios no nos quiere mohínos, sino exultantes de gozo, aún en medio de las tribulaciones y las amarguras de este mundo. Despertémonos, cada día, dispuestos a demostrarnos a nosotros mismos que estamos contentos y felices.
Dios sólo sabe ser amor, y sólo sabe ser Padre. Y quien ama no es envidioso, y quien es Padre, lo es totalmente – San Hilario de Poitiers
Que no se nos olvide nunca que Dios es un padre lleno de amor. En Él podemos depositar toda nuestra confianza. Sin