A menudo nos afanamos en buscar la manera de transformar nuestra sociedad para que sea mejor y para esto solamente encontramos inconvenientes. Nos parece tarea imposible porque para cambiar todo lo que está mal creemos que son necesarias grandes actuaciones. No nos damos cuenta de que es posible transformar esta sociedad si somos tenaces en la tarea. Una sonrisa, un apretón de manos, un “gracias” o ”cómo estás”… ¡Qué manera tan sencilla de ser más humanos con todos y de trabajar porque el amor impregne nuestra sociedad!
No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo. Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; que está entre nosotros. – Papa Francisco
No nos quieres tristes ni amargados. Tú, Señor, buscas que nuestros corazones estén siempre alegres, que seamos cristianos que sabemos vivir el