Una persona rencorosa no va por buen camino. Quien desea ser buen cristiano, aparta de sí el rencor para poder abrazar a los demás con amor, sirviéndoles en las ocasiones en que lo necesitan. Un corazón despojado de rencores es un corazón lleno de paz y dispuesto a cumplir con sus obligaciones correctamente, ayudando a las personas que tiene junto a él.
Cuanto más nuestra alma se despegue de las cosas, más cerca estará de nuestro Creador – San Ignacio de Loyola
¿Qué esperamos en esta vida? Si somos cristianos auténticos, nuestra aspiración tiene que ser llegar a estar lo más cerca posible de