La tristeza y el abatimiento no deben entrar en los planes de quienes nos sentimos cristianos. Porque nuestra fe es la garantía de que, si somos fieles a ella, sabremos poner sonrisas en medio de los dolores que nos puedan sacudir. Dios no nos quiere mohínos, sino exultantes de gozo, aún en medio de las tribulaciones y las amarguras de este mundo. Despertémonos, cada día, dispuestos a demostrarnos a nosotros mismos que estamos contentos y felices.
De nada debe huir el hombre prudente tanto como de vivir según la opinión de los demás – San Basilio el Grande
¡Cuánto mejor nos iría si viviéramos menos pendientes de lo que opinan los demás acerca de nosotros! A todos los niveles. Es