Fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios. Y Dios es amor. Por tanto, debemos vivir en ese amor que se nos ha dado y que debemos transmitir a los demás. Un cristiano que no ama al Dios que le ha creado y a sus semejantes, que también nacieron del mismo amor divino, no merece ser testigo de Jesús. Alimentémonos de lo esencial, viviendo fielmente conforme a la fe recibida, porque es lo que nos da fuerzas para ser fuertes y dar los frutos que se nos piden en razón a que fuimos creados gratuitamente por el amor de Dios.
En la cruz, Jesús ha derribado el muro de la enemistad, que separa a los hombres y a los pueblos, ha traído la reconciliación y la paz – Papa Francisco
Cristo, estás clavado en la cruz. Eres inocente, sí, pero aceptas entregar tu vida por cada uno de nosotros. Este madero que