Para un cristiano carece de valor la vida, si ésta no la entregamos para el servicio de Dios y por Él la damos al servicio del prójimo, que es hermano nuestro y al que debemos servir de forma totalmente desinteresada, no esperando recompensa alguna que no sea el ser gratos a los ojos del Señor que, con la entrega de su vida por nosotros, nos dejó trazado el camino a seguir.
La vida cristiana no está hecha de personas que hacen poco, sino de personas que se empeñan a fondo – Santa Juana Molla
Vivir la fe de forma tibia, poco valor tiene. El cristianismo no es un regalo que se nos haya dado para disfrutar