Es en el esfuerzo total donde se ha medir el amor a Dios y a los hermanos. Claro que no se nos pide más de lo que podemos hacer, pero tampoco menos. Las capacidades de cada uno son las que han de ponerse al servicio de Cristo, que nos pide que hagamos todo lo que esté en nuestras manos para ser mejores personas y más serviciales con los que están a nuestro lado.
Todos los individuos y grupos intermedios tienen el deber de prestar su colaboración personal al bien común – San Juan XXIII
Quejarnos porque hay problemas en la sociedad no conduce a nada. Lamentarnos porque los que están llamados a dirigir los asuntos públicos