Acudamos a María. Ella es la madre amorosa dispuesta siempre a escucharnos y a acompañarnos en nuestros momentos de debilidad, en nuestras caídas, en nuestros infortunios. Nunca, nunca, seremos apartados de su cercanía ni despojados de su protección. En ella tenemos la protectora permanente que nos acerca a Dios y nos reconcilia con Él cada vez que estamos necesitados de ello.
El peldaño más bajo de esta decadencia moral es la soberbia. El hombre rico se viste como si fuera un rey, simula las maneras de un dios, olvidando que es simplemente mortal – Papa Francisco
La sociedad en la que estamos inmersos necesita personas humildes, serviciales y honestas. Sobran los soberbios que se consideran superiores a los