Si deseamos ser perfectos, meta a la que debemos aspirar como creyentes, porque es lo que se nos pide, debemos convencernos de que nunca encontraremos el tope a la perfección. Siempre podremos avanzar un poco más, porque la meta es parecernos a Dios, aunque nunca lo conseguiremos. Y en ese avanzar iremos descubriendo que, aunque nos queda mucho camino por recorrer, percibiremos que deseamos mejorar cada vez un poco más para poder ser mejores.
Todos los individuos y grupos intermedios tienen el deber de prestar su colaboración personal al bien común – San Juan XXIII
Quejarnos porque hay problemas en la sociedad no conduce a nada. Lamentarnos porque los que están llamados a dirigir los asuntos públicos