Esposo de María y padre adoptivo de Jesús, señor san José, intercede por nosotros al Señor para que Él nos auxilie en los momentos de debilidad y nos dé las fuerzas necesarias para resistir los embates del enemigo. Ayúdanos también en nuestras peticiones, si se ajustan a los planes de Dios. Sé nuestro abogado y protector. Que imitemos tu silencio y el saber echarnos confiadamente en las manos del Señor aunque, en ocasiones, no acertemos a comprender lo que nos está pidiendo.
Al único que es necesario siempre tener contento es a Nuestro Señor – Santo Toribio de Mogroviejo
Los halagos de los hombres no deben ser nuestra preocupación nunca. Porque a quien tenemos que complacer es a ti, Señor nuestro.