Nos quejamos sin motivo. Quisiéramos que todo, en nuestras vidas, fueran comodidades, placeres, alegría y vivir bien. ¡Jesús, Señor nuestro, qué alejados nos encontramos de ti! Aún no hemos entendido que sufrir, pasarlo mal, renunciar a muchas cosas y entregarnos a servir a los demás es lo que nos acerca a ti. Porque si realmente queremos ser discípulos tuyos, debemos coger la cruz y seguirte. Ser cristiano es caminar no por una senda de rosas, sino de espinas. Pero es la senda que nos lleva hasta ti.
Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor – San Juan de la Cruz
Con el amor se puede transformar el corazón del hombre, que es el lugar de donde surgen las maldades humanas. A fuerza