No hay otro camino, si queremos llegar a la meta a la que debe aspirar un buen cristiano, que repartir, a nuestro paso, el amor que de Dios hemos recibido para entregarlo a los otros. En eso nos conocerán y cumplirlo es lo que debemos suplicar al Señor. Vayamos incendiando de amor todo lo que nos rodea para que el mundo sea transformado y en él los hombres logren sentirse hermanos los unos de los otros.
El Corazón de María es todo amor por nosotros. Ella nos ama con el mismo amor con que ama a Dios porque lo ama y lo mira a Él en nosotros – San Juan Eudes
María es madre. De Jesús y de todos nosotros, los que creemos en Él. Por eso su corazón es un volcán de