Solamente caminaremos dentro de la luz si vivimos en amor con los demás, como Jesús nos ha encomendado que hagamos. Un amor que exige renuncia a nuestros egoísmos y autosufiencias para convertirnos en amigos de todos, incluso de nuestros enemigos y de los que no son de nuestro agrado. La luz, que se nutre de la fe recibida, nos llena de claridad en cada acto de amor a los hermanos.
Al único que es necesario siempre tener contento es a Nuestro Señor – Santo Toribio de Mogroviejo
Los halagos de los hombres no deben ser nuestra preocupación nunca. Porque a quien tenemos que complacer es a ti, Señor nuestro.