Son los hechos, no los dichos, los que demuestran si amamos a Dios o nos amamos a nosotros mismos o a cualquier cosa mundana. Quien se arroja en los brazos de Jesús deja de lado los egoísmos y todos los ropajes que lo envuelven: soberbia, idolatrías, sumisión al mal… Humildad, paciencia, servicio, eso sí nos dice mucho del alma que se entrega a vivir conforme nos pide el Señor. Muchos, a lo largo de la historia, eligieron este camino por el que todos los bautizados debemos caminar.
Puedo decir que los gozos más bellos y espontáneos que he visto en mi vida son los de personas muy pobres que tienen poco a qué aferrarse – Papa Francisco
Tengo mucho más de lo que necesito para vivir. Busco tener más, creyendo que cuanto más posea seré más dichoso. Me engaño