Con el amor se puede transformar el corazón del hombre, que es el lugar de donde surgen las maldades humanas. A fuerza de amar, se consigue que la injusticia deje paso a la justicia, la paz se imponga sobre la violencia y la caridad se adueñe de los más abyectos egoísmos. A los que somos creyentes se nos manda que pongamos amor en todo lo que hagamos y en nuestras relaciones con los demás. De este amor seremos examinados.
No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón – San Juan Pablo II
Es tarea muy noble aspirar a que haya paz entre los hombres y entre los pueblos. Como cristianos, nuestra tarea ha de