Nuestras obligaciones no debemos trasladarlas a los demás, pues son únicamente de nuestra responsabilidad. Bueno es que aprendamos a dejar de estar pendientes de lo que hacen otros, evitando juicios que no nos corresponde hacer. Preocupémonos más de actuar como es nuestro deber de creyentes, complaciendo así a Dios. No pongamos nunca excusas sobre lo que son, hacen o dicen los demás para no asumir que los responsables de ser buenos o malos somos nosotros mismos.
No podemos traspasar los lazos de nuestro ángel guardián, resignado o resentido, siempre escuchará nuestros suspiros – San Agustín
Sí, el guardián que nos ha sido asignado personalmente por el Señor está siempre a nuestro lado y nos acompaña en todo