Nuestras obligaciones no debemos trasladarlas a los demás, pues son únicamente de nuestra responsabilidad. Bueno es que aprendamos a dejar de estar pendientes de lo que hacen otros, evitando juicios que no nos corresponde hacer. Preocupémonos más de actuar como es nuestro deber de creyentes, complaciendo así a Dios. No pongamos nunca excusas sobre lo que son, hacen o dicen los demás para no asumir que los responsables de ser buenos o malos somos nosotros mismos.
Los somnolientos gustan de poner excusas – San Benito
Resulta fácil dormirse cuando tenemos ante nosotros tareas de ayuda a los hermanos o de mejora de nuestro vivir como creyentes. Somos