La vida de un cristiano no se entiende sin la oración. Es la fuerza que sostiene la fe. Siempre. En los momentos de debilidad nos ayuda a mantenernos firmes y no caer. Hace posible que tengamos un poder extraordinario para llevar a cabo acciones que nos parecen imposibles. Nuestras fuerzas son muy limitadas, si actuamos solamente con criterios humanos. Pero si nos apoyamos en la plegaria, no hay nada que se nos resista.
Cuanto más nuestra alma se despegue de las cosas, más cerca estará de nuestro Creador – San Ignacio de Loyola
¿Qué esperamos en esta vida? Si somos cristianos auténticos, nuestra aspiración tiene que ser llegar a estar lo más cerca posible de