Somos poca cosa y poco podemos hacer. Muy poco. Pero debemos ser conscientes de que, gota a gota, un vaso termina por estar lleno. Lo que importa es sumar, apoyar todo lo que de bueno surja en nuestro entorno. No apartarnos de la responsabilidad que tenemos de construir una sociedad mejor. Aunque no hagamos grandes cosas, que no las haremos. Pero si sumamos nuestras manos a las de otros, seguramente que llegaremos a transformar muchas situaciones de injusticia. Convenzámonos de que, pese a nuestra poca fuerza también ésta es necesaria.
¡Qué curioso maestro el que, con el estómago lleno, diserta sobre el ayuno! – San Jerónimo
Es verdad que resulta más fácil predicar que dar trigo. Tenemos siempre preparado el consejo para los demás, pero nos olvidamos de