La bondad infinita del Señor nos abre las puertas del nuevo año bajo la atenta mirada de su Madre, que es también Madre nuestra. Y como Madre que es, nos ama mucho más de lo que, como hijos suyos que somos, podamos imaginar. Comenzaremos bien esta nueva etapa, si somos capaces de remover nuestro corazón para ser capaces de amar más intensamente a quien siempre está a nuestro lado, como Madre que es: María, la llena de gracia, la que se proclamó esclava del Señor, la que siempre se muestra solícita a escucharnos y a ayudarnos en nuestras necesidades. La que entiende nuestras flaquezas y nos alienta a no desanimarnos.
Puedo decir que los gozos más bellos y espontáneos que he visto en mi vida son los de personas muy pobres que tienen poco a qué aferrarse – Papa Francisco
Tengo mucho más de lo que necesito para vivir. Busco tener más, creyendo que cuanto más posea seré más dichoso. Me engaño