San Luis Orione nació en 1872 en Pontecurone (Italia). Sin haber sido aún ordenado sacerdote, se dedicó a ayudar al prójimo. Con 20 años abrió el primer Oratorio, en la ciudad de Tortona, para cuidar la educación cristiana de los jóvenes y un año después fundó un colegio para chicos pobres. Fue ordenado sacerdote el 19 de abril de 1895 y ese mismo día, el obispo impuso el hábito clerical a seis alumnos de su colegio. En poco tiempo, nacieron nuevas casas y crecieron los clérigos y sacerdotes que formaron el primer núcleo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. En 1903 los Hijos de la Divina Providencia fueron reconocidos canónicamente, cuyos fines son colaborar para llevar a los pequeños, los pobres y el pueblo a la Iglesia y al papa, mediante las obras de caridad. Estuvo siempre animado por una gran pasión por la iglesia y la salvación de las almas. Años después nacerían otras ramas de esta Obra: hermanas, adoratrices y contemplativas, los grupos de laicos y los “Pequeños Cottolengos”, obras extendidas por numerosos países. Son como faros de fe y humanidad. Tras una corta enfermedad, murió en San Remo el 12 de marzo de 1940. San Juan Pablo II lo beatificó en 1980 y en 2004 lo declaró santo.
Otros santos del día:
• En Tebeste, de Numidia, en la actual Argelia, san Maximiliano, mártir, que, siendo hijo del militar veterano Víctor, y llamado también al ejército, respondió al procónsul Diono que a un fiel cristiano no le era lícito ser soldado y, habiendo rehusado el juramento militar, fue degollado († 295).
• En Nicomedia, de Bitinia, hoy Izmit, en Turquía, conmemoración de los santos mártires Mígdono, presbítero, Eugenio, Máximo, Domna, Mardonio, Pedro, Esmaragdo e Hilario, que fueron ahogados uno tras otro cada día, para atemorizar a los demás († 303).
• En la misma ciudad de Nicomedia de Bitinia, pasión de san Pedro, mártir, que siendo ayudante de cámara del emperador Diocleciano y lamentándose con cierta libertad de los suplicios de los mártires, por mandato del mismo augusto fue detenido y colgado, torturándole primero con prolongados azotes y después a fuego en una parrilla. Doroteo y Gorgonio, también servidores del emperador, por haber protestado fueron sometidos a los mismos suplicios y finalmente estrangulados († 303).
• En Roma, en el cementerio de Ponciano, junto al “Oso peludo”, sepultura de san Inocencio I, papa, que defendió a san Juan Crisóstomo, consoló a san Jerónimo y aprobó a san Agustín († 417).
• En la ciudad de Léon (hoy Saint-Paul-de-Léon), en la Bretaña Armórica, hoy en Francia, san Pablo Aureliano, primer obispo de esta ciudad († s. VI).
• En Roma, en la basílica de San Pedro, sepultura de san Gregorio I, papa, de sobrenombre Magno, cuya memoria se celebra el día tres de septiembre, aniversario de su ordenación († 604).
• En Sigriana, de Bitinia, en la actual Turquía, en el monasterio de Campogrande, sepultura de san Teófanes, por sobrenombre “Cronógrafo”, que siendo muy rico prefirió hacerse pobre monje, y por defender el culto de las sagradas imágenes fue encarcelado por el emperador León el Armenio durante dos años y deportado después a Samotracia, donde, agotado de padecimientos, entregó el espíritu († 817).
• En Winchester, en Inglaterra, san Elpegio, obispo y monje, que procuró con gran empeño la instauración de la vida cenobítica († 951).
• En la ciudad de San Geminiano, en Etruria, en la Toscana, región de Italia, beata Fina, o Serafina, virgen, que desde sus tiernos años sobrellevó con invicta paciencia, apoyada en sólo Dios, una prolongada y grave enfermedad († 1253).
• En Arezzo, en la Toscana, región de Italia, beata Justina Francucci Bezzoli, virgen de la Orden de San Benito y reclusa († 1319).
• En Recineto, del Piceno, en Italia, beato Jerónimo Gherarducci, presbítero, de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, que trabajó por la paz y la concordia de los pueblos († hacia 1369).
• En Recanati, en Piceno, actualmente en las Marcas, también región de Italia, beato Jerónimo Gheraducci, presbítero de la orden de los Ermitaños de San Agustín, que trabajó por la paz y la concordia entre los pueblos († hacia el año 1369).
• En la ciudad de Guiyang, de la provincia china de Guangxi, san José Zhang Dapeng, mártir, el cual, recibida la luz de la fe, apenas bautizado abrió su casa a misioneros y catequistas, y ayudó a pobres, enfermos y niños hasta que, condenado a la crucifixión, derramó lágrimas de alegría por haber sido considerado digno de morir por Cristo († 1815).
• En Cracovia, en Polonia, beata Ángela Salawa, virgen de la Tercera Orden de San Francisco, la cual, eligiendo entregar su vida en el servicio doméstico, vivió humildemente entre las criadas, y en suma pobreza descansó en el Señor († 1922).
(Del Martirologio Romano)