Señor, aunque nos parezcan muchos y grandes los dolores internos y externos que tenemos que soportar a diario, sabemos que, si realmente te amamos como es nuestra obligación, podremos resistir mucho más y más dolorosos. Porque sufrir por ti, cuando de verdad lo hacemos por amor, no tiene límites que no puedan ser soportados. Tú eres la fuerza que nos sostiene siempre y en todo momento. No nos dejes solos en los momentos en los que nos sentimos más vulnerables al sufrimiento.
Entiende que en el dolor se te prueba, para que no te abatas; entiende que se te prueba en la prosperidad, para que no te exaltes – San Isidoro de Sevilla
Tanto en los momentos en los que lo pasamos mal como en los que nos sentimos repletos de gozo por lo bien